UNIVERSIDAD
NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO
COLECIO
DE CIENCIAS Y HUMANIDADES
PLANTELES AZCAPOTZALCO/NAUCALPAN
PRIMER
ENCUENTRO. PRESENCIA DEL ENFOQUE DE GÉNERO PLANTEL AZCAPOTZALCO. MARZO 24 Y 25
2010
P O
N E N
C I A
REFLEXIONES
SOBRE LAS INTERVENCIONES DIDÁCTICAS DESDE LA MIRADA DE ENFOQUE DE GÉNERO EN LA
MATERIA DE LECTURA Y ANÁLISIS DE TEXTOS LITERARIOS. DE LA COMPRENSIÓN LECTORA A
LA COMPETENCIA LITERARIA UNA PROPUESTA.
TEMÁTICA
NO. 3. Reflexiones sobre la importancia de incluir el enfoque de género en las
actividades al trabajo docente (su relevancia, su impacto dentro del aula, sus
beneficios, etc.)
PARTICIPANTES:
Lic. María Luisa Trejo Márquez
Profra. De Carrera Titular “C”
Tiempo Completo Def.
DR. Rafael de Jesús Hernández
Rodríguez
Profr. De Carrera Titular “C”
Tiempo Completo Def.
![]() |
Medea, Eugene Delacroix |
marzo 24,25,2010
UNIVERSIDAD
NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO
COLECIO
DE CIENCIAS Y HUMANIDADES
PLANTELES AZCAPOTZALCO/NAUCALPAN
PRIMER
ENCUENTRO. PRESENCIA DEL ENFOQUE DE GÉNERO PLANTEL AZCAPOTZALCO. MARZO 24 Y 25
2010
P O
N E N
C I A
REFLEXIONES
SOBRE LAS INTERVENCIONES DIDÁCTICAS DESDE LA MIRADA DE ENFOQUE DE GÉNERO EN LA
MATERIA DE LECTURA Y ANÁLISIS DE TEXTOS LITERARIOS. DE LA COMPRENSIÓN LECTORA A
LA COMPETENCIA LITERARIA UNA PROPUESTA.
TEMÁTICA
NO. 3. Reflexiones sobre la importancia de incluir el enfoque de género en las
actividades al trabajo docente (su relevancia, su impacto dentro del aula, sus
beneficios, etc.)
PARTICIPANTES:
Lic. María Luisa Trejo Márquez
Profra. De Carrera Titular “C”
Tiempo Completo Def.
DR. Rafael de Jesús Hernández
Rodríguez
Profr. De Carrera Titular “C”
Tiempo Completo Def.
marzo 24,25,2010
Una mujer suele estar llena de temor y es cobarde,
Iniciar una reflexión sobre la importancia de la mujer a través de la literatura, es un
elemento fundamental para los adolescentes a nivel del bachillerato universitario mexicano. El papel
de la mujer dentro de la literatura, se puede apreciar en las diversas
representaciones de visión de mundo por medio de los constructos lingüísticos de ficcionalidad
tanto de cuento, novela o teatro. La presencia femenina está presente en todas
las épocas, a través de la historia de la literatura; ejemplo de esto son las
leyendas celtas de Tristán e Isolda, la
de Sir Lancelot y el rey Arturo con la reina Ginebra, o la leyenda de los
lamentos de Deidre que plantean el
triangulo amoroso del amor prohibido entre dos jóvenes que se aman, mientras
que un hombre mayor de edad es el que tiene derecho sobre la mujer.
Agamenón, Las coeforas y Las euménides (Las furias),
presentadas el 458 a.C., forman la trilogía conocida como la Orestiada,
o historia de Orestes. En Agamenón, una de las más grandes obras de la
literatura dramática, el rey Agamenón regresa al hogar desde Troya y es
asesinado a traición por su infiel esposa Clitemnestra. En la segunda obra, Orestes,
hijo de Agamenón, regresa a Argos y venga la muerte de su padre asesinando a su
madre y a su amante Egisto. Este matricidio es castigado por las vengadoras
divinidades, las erinias. En Las euménides, las erinias persiguen a
Orestes hasta que éste queda limpio de su sangre culpable y le declara inocente
el antiguo tribunal del Aerópago gracias a la intercesión de Atenea, diosa de
la sabiduría. Al introducir un segundo actor en la obra, Esquilo creó el
diálogo dramático. También desarrolló la representación del drama, al
introducir el vestuario y los decorados. Los argumentos de sus obras son
profundos, referidos al mito, la religión y la pasión, y encuentran expresión
en un lenguaje muy poético. La Orestiada, probablemente su obra más
madura, proporciona una intensa visión de sus conceptos de justicia y piedad y
de su creencia en una voluntad divina con ayuda de la cual la humanidad puede
alcanzar la sabiduría a través del sufrimiento.
En Antígona se enfrentan dos nociones del deber: la familiar,
caracterizada por el respeto a las normas religiosas y que representa Antígona,
y la civil, caracterizada por el cumplimiento de las leyes del Estado y
representada por Creonte. Además se establece una oposición entre el modo en
que las dos hermanas, Antígona e Ismene, se enfrentan a un mismo problema. Prohibición de sepultar a Polinices
Antígona, hija de Edipo, cuenta a su hermana Ismene que Creonte,
actual rey de Tebas, impone la prohibición de hacer ritos fúnebres al cuerpo de
Polinices, como castigo ejemplar por traición a su patria. Antígona pide a
Ismene que le ayude a honrar el cadáver de su hermano, pese a la prohibición de
Creonte. Ésta se niega por temor a las consecuencias de quebrantar la ley.
Antígona reprocha a su hermana su actitud y decide seguir con su plan.
Antígona desobedece la ley
Creonte anuncia ante el coro de ancianos su disposición sobre Polinices, y
el coro se compromete a respetar la ley. Posteriormente, un guardián anuncia
que Polinices ha sido enterrado, sin que ningún guardián supiera quién ha
realizado esa acción. El coro de ancianos cree que los dioses han intervenido
para resolver el conflicto de leyes, pero Creonte amenaza con la muerte a los
guardianes porque cree que alguien los ha sobornado. El cuerpo de Polinices es
desenterrado. Pronto se descubre que Antígona era quien había enterrado al
cuerpo, pues intenta una vez más enterrar al cuerpo y realizar los ritos
funerarios, pero es capturada por los centinelas. Antígona es llevada ante
Creonte y explica que ha desobedecido porque las leyes humanas no pueden
prevalecer sobre las divinas. Además se muestra orgullosa de ello y no teme las
consecuencias. Creonte la increpa por su acción, sospecha que su hermana Ismene
también está implicada y, a pesar del parentesco que lo une a ellas, se dispone
a condenarlas a muerte.
Ismene, llamada a presencia de Creonte, a pesar de que no ha desobedecido
la ley, desea compartir el destino con su hermana y se confiesa también
culpable. Sin embargo, Antígona, resentida contra ella porque ha preferido
respetar la ley promulgada por el rey, se niega a que Ismene muera con ella.
Finalmente, es sólo Antígona la condenada a muerte. Será encerrada viva en una
tumba excavada en roca.
Antígona frente a la muerte
El hijo de Creonte, Hemón, se ve perjudicado por la decisión de su padre, ya que
Antígona es su prometida. Señala a su padre que el pueblo tebano no cree que
Antígona merezca la condena a muerte y pide que la perdone. Creonte se niega a
ello y manda traer a Antígona para que muera en presencia de su hijo. Hemón se
niega a verla y sale precipitadamente.
Antígona va camino de su muerte y, si bien no se arrepiente de su acción,
ha perdido la altivez y resolución que mostraba antes, al dar muestras de temor
ante su muerte. La humanización de Antígona resalta el dramatismo del momento.
Medea es el título de una tragedia de Eurípides.
Se representó en el primer año de la Olimpiada 87, es decir 431 a.c. Formaba
parte de una tetralogía junto con las tragedias Filoctetes y Dictis
y el drama satírico Los recolectores. Ganó el certamen Euforión, el segundo fue Sófocles y
el tercero Eurípides.
La tragedia trata la conocida historia de Jasón tras las
aventuras que lo llevaron a conquistar el vellocino
de oro, trabajo impuesto por su tío Pelias. Jasón, tras
el trabajo, se casó con Medea y tuvo un hijo en Yolco.
El padre de Jasón, Esón, había sido asesinado a manos de Pelias, para
hacerse con el poder en Yolco. A la muerte de Pelias, Jasón ha de abandonar
Yolco y huir con Medea
y su hijo Mermero. En la muerte de Pelias estaba implicada Medea, quien engañó a las propias
hijas de aquél para que lo mataran. Por este motivo han de huir de Yolco y
pasan por Corinto.
Allí reina Creonte
y es dónde transcurre la obra.
Eurípides alza la figura femenina de forma extraordinaria. Medea es
formidable, sabia, fuerte, hábil, luchadora y por ello es amada por unos, pero
respetada y temida por todos.
Eurípides exalta los valores femeninos y defiende la condición femenina.
Medea describe en la obra esta condición:
De todo lo que tiene la vida y pensamiento, nosotras las mujeres, somos el
ser mas desgraciado. Empezamos por tener que comprar un esposo con dispendio de
riquezas y tomar un amo de nuestro cuerpo, y éste es el peor de los males. Y la
prueba decisiva reside en tomar a uno malo o a uno bueno. A las mujeres no les
da buena fama la separación del marido y tampoco les es posible repudiarlo.
(En el siglo V sí podía divorciarse con el patrocinio del arconte, aunque
las desprestigiaba).
Y si nuestro esfuerzo se ve coronado por el éxito, y nuestro esposo convive
con nosotras sin aplicarnos el yugo por la fuerza, nuestra vida es envidiable,
pero si no, mejor es morir.
Dicen que vivimos en la casa una vida exenta de peligros, mientras ellos
luchan con la lanza. Necios. Preferiría tres veces estar a pie firme con el
escudo que enfrentarme al parto una sola vez.
Una mujer suele estar llena de temor y es cobarde, para contemplar la lucha
y el hierro, pero cuando ve lesionados los derechos de su lecho, no hay otra
mente más asesina.
El coro exclama ante el trato que de la sociedad griega recibía la mujer:
Pero lo que se dice de la condición de la mujer cambiará hasta conseguir
buena fama, y el prestigio está a punto de alcanzar al límite femenino; una
fama injuriosa no pesará ya sobre las mujeres.
Eurípides,
conocedor de todas las corrientes filosóficas de su tiempo, avisa ya de un
problema que es actualidad en nuestros días: la separación entre la sabiduría y
el poder social. Y hace exclamar a Medea:
Si eres considerado superior, por poseer conocimientos variados, parecerás
a la ciudad persona molesta.
En esta obra existe una acerba crítica a los sofistas, por
poseer conocimientos y utilizarlos en beneficios distintos de la justicia.
Personajes
Una nodriza
Un pedagogo
Hijos de Medea
Coro de mujeres
Un mensajero
Argumento
Jasón, esposo de Medea, se promete en matrimonio a Glauce, hija del rey Creonte de Corinto,
ante el espanto de Medea, que ve su lecho deshonrado.
Creonte, que había planeado el matrimonio, ante el temor de que Medea,
sabia y hábil, se vengue, ordena su destierro inmediato.
Pero Medea, fingiéndose sumisa, pide un solo día de plazo para salir al
destierro. Ese plazo lo aprovecha para realizar unos presentes a Glauce: una
corona de oro y un peplo
que causan la muerte por el simple contacto. Glauce muere de forma horrible:
No se distinguía la expresión de sus ojos ni su bello rostro, la sangre
caía desde lo alto de su cabeza confundida con el fuego, y las carnes se
desprendían de sus huesos, como lágrimas de pino, bajo los invisibles dientes
del veneno.
Tras perpetrar ese horrible asesinato, Medea se siente obligada a matar a
sus propios hijos, para evitar que otras manos más crueles les quiten la vida
para vengar la muerte de Glauce.
Termina la obra con Medea subida en el carro de Helios, con quien
ya tenía pactada su huida a Atenas, para evitar las iras de la familia de
Creonte y de su propio marido Jasón.
Desde el carro de Helios, Medea increpa a Jasón:
¡Oh niños, cómo habéis perecido por la locura de vuestro padre!.
Jasón replica:
pero no los destruyó mi mano derecha.
Medea responde:
No, sino tu ultraje y tu reciente boda.
Iniciar un análisis sobre la importancia de la mujer a través de la literatura, es un
elemento fundamental de reflexión por parte de los adolescentes a nivel del bachillerato universitario mexicano. El papel
de la mujer dentro de la literatura, se puede apreciar en las diversas
representaciones de visión de mundo por medio de los constructos lingüísticos de ficcionalidad
tanto de cuento, novela o teatro. La presencia femenina está presente en todas
las épocas, a través de la historia de la literatura; ejemplo de esto son las
leyendas celtas de Tristán e Isolda, la
de Sir Lancelot y el rey Arturo con la reina Ginebra, o la leyenda de los
lamentos de Deidre que plantean el
triangulo amoroso del amor prohibido entre dos jóvenes que se aman, mientras
que un hombre mayor de edad es el que tiene derecho sobre la mujer.
|
Agamenón, Las coeforas y Las euménides (Las furias),
presentadas el 458 a.C., forman la trilogía conocida como la Orestiada,
o historia de Orestes. En Agamenón, una de las más grandes obras de la
literatura dramática, el rey Agamenón regresa al hogar desde Troya y es
asesinado a traición por su infiel esposa Clitemnestra. En la segunda obra, Orestes,
hijo de Agamenón, regresa a Argos y venga la muerte de su padre asesinando a su
madre y a su amante Egisto. Este matricidio es castigado por las vengadoras
divinidades, las erinias. En Las euménides, las erinias persiguen a
Orestes hasta que éste queda limpio de su sangre culpable y le declara inocente
el antiguo tribunal del Aerópago gracias a la intercesión de Atenea, diosa de
la sabiduría. Al introducir un segundo actor en la obra, Esquilo creó el
diálogo dramático. También desarrolló la representación del drama, al
introducir el vestuario y los decorados. Los argumentos de sus obras son
profundos, referidos al mito, la religión y la pasión, y encuentran expresión
en un lenguaje muy poético. La Orestiada, probablemente su obra más
madura, proporciona una intensa visión de sus conceptos de justicia y piedad y
de su creencia en una voluntad divina con ayuda de la cual la humanidad puede
alcanzar la sabiduría a través del sufrimiento.
En Antígona se enfrentan dos nociones del deber: la familiar,
caracterizada por el respeto a las normas religiosas y que representa Antígona,
y la civil, caracterizada por el cumplimiento de las leyes del Estado y
representada por Creonte. Además se establece una oposición entre el modo en
que las dos hermanas, Antígona e Ismene, se enfrentan a un mismo problema. Prohibición de sepultar a Polinices
Antígona, hija de Edipo, cuenta a su hermana Ismene que Creonte,
actual rey de Tebas, impone la prohibición de hacer ritos fúnebres al cuerpo de
Polinices, como castigo ejemplar por traición a su patria. Antígona pide a
Ismene que le ayude a honrar el cadáver de su hermano, pese a la prohibición de
Creonte. Ésta se niega por temor a las consecuencias de quebrantar la ley.
Antígona reprocha a su hermana su actitud y decide seguir con su plan.
Antígona desobedece la ley
Creonte anuncia ante el coro de ancianos su disposición sobre Polinices, y
el coro se compromete a respetar la ley. Posteriormente, un guardián anuncia
que Polinices ha sido enterrado, sin que ningún guardián supiera quién ha
realizado esa acción. El coro de ancianos cree que los dioses han intervenido
para resolver el conflicto de leyes, pero Creonte amenaza con la muerte a los
guardianes porque cree que alguien los ha sobornado. El cuerpo de Polinices es
desenterrado. Pronto se descubre que Antígona era quien había enterrado al
cuerpo, pues intenta una vez más enterrar al cuerpo y realizar los ritos
funerarios, pero es capturada por los centinelas. Antígona es llevada ante
Creonte y explica que ha desobedecido porque las leyes humanas no pueden
prevalecer sobre las divinas. Además se muestra orgullosa de ello y no teme las
consecuencias. Creonte la increpa por su acción, sospecha que su hermana Ismene
también está implicada y, a pesar del parentesco que lo une a ellas, se dispone
a condenarlas a muerte.
Ismene, llamada a presencia de Creonte, a pesar de que no ha desobedecido
la ley, desea compartir el destino con su hermana y se confiesa también
culpable. Sin embargo, Antígona, resentida contra ella porque ha preferido
respetar la ley promulgada por el rey, se niega a que Ismene muera con ella.
Finalmente, es sólo Antígona la condenada a muerte. Será encerrada viva en una
tumba excavada en roca.
Antígona frente a la muerte
El hijo de Creonte, Hemón, se ve perjudicado por la decisión de su padre, ya que
Antígona es su prometida. Señala a su padre que el pueblo tebano no cree que
Antígona merezca la condena a muerte y pide que la perdone. Creonte se niega a
ello y manda traer a Antígona para que muera en presencia de su hijo. Hemón se
niega a verla y sale precipitadamente.
Antígona va camino de su muerte y, si bien no se arrepiente de su acción,
ha perdido la altivez y resolución que mostraba antes, al dar muestras de temor
ante su muerte. La humanización de Antígona resalta el dramatismo del momento.
Medea es el título de una tragedia de Eurípides.
Se representó en el primer año de la Olimpiada 87, es decir 431 a.c. Formaba
parte de una tetralogía junto con las tragedias Filoctetes y Dictis
y el drama satírico Los recolectores. Ganó el certamen Euforión, el segundo fue Sófocles y
el tercero Eurípides.
La tragedia trata la conocida historia de Jasón tras las
aventuras que lo llevaron a conquistar el vellocino
de oro, trabajo impuesto por su tío Pelias. Jasón, tras
el trabajo, se casó con Medea y tuvo un hijo en Yolco.
El padre de Jasón, Esón, había sido asesinado a manos de Pelias, para
hacerse con el poder en Yolco. A la muerte de Pelias, Jasón ha de abandonar
Yolco y huir con Medea
y su hijo Mermero. En la muerte de Pelias estaba implicada Medea, quien engañó a las propias
hijas de aquél para que lo mataran. Por este motivo han de huir de Yolco y
pasan por Corinto.
Allí reina Creonte
y es dónde transcurre la obra.
Eurípides alza la figura femenina de forma extraordinaria. Medea es
formidable, sabia, fuerte, hábil, luchadora y por ello es amada por unos, pero
respetada y temida por todos.
Eurípides exalta los valores femeninos y defiende la condición femenina.
Medea describe en la obra esta condición:
De todo lo que tiene la vida y pensamiento, nosotras las mujeres, somos el
ser mas desgraciado. Empezamos por tener que comprar un esposo con dispendio de
riquezas y tomar un amo de nuestro cuerpo, y éste es el peor de los males. Y la
prueba decisiva reside en tomar a uno malo o a uno bueno. A las mujeres no les
da buena fama la separación del marido y tampoco les es posible repudiarlo.
(En el siglo V sí podía divorciarse con el patrocinio del arconte, aunque
las desprestigiaba).
Y si nuestro esfuerzo se ve coronado por el éxito, y nuestro esposo convive
con nosotras sin aplicarnos el yugo por la fuerza, nuestra vida es envidiable,
pero si no, mejor es morir.
Dicen que vivimos en la casa una vida exenta de peligros, mientras ellos
luchan con la lanza. Necios. Preferiría tres veces estar a pie firme con el
escudo que enfrentarme al parto una sola vez.
Una mujer suele estar llena de temor y es cobarde, para contemplar la lucha
y el hierro, pero cuando ve lesionados los derechos de su lecho, no hay otra
mente más asesina.
El coro exclama ante el trato que de la sociedad griega recibía la mujer:
Pero lo que se dice de la condición de la mujer cambiará hasta conseguir
buena fama, y el prestigio está a punto de alcanzar al límite femenino; una
fama injuriosa no pesará ya sobre las mujeres.
Eurípides,
conocedor de todas las corrientes filosóficas de su tiempo, avisa ya de un
problema que es actualidad en nuestros días: la separación entre la sabiduría y
el poder social. Y hace exclamar a Medea:
Si eres considerado superior, por poseer conocimientos variados, parecerás
a la ciudad persona molesta.
En esta obra existe una acerba crítica a los sofistas, por
poseer conocimientos y utilizarlos en beneficios distintos de la justicia.
Personajes
Una nodriza
Un pedagogo
Hijos de Medea
Coro de mujeres
Un mensajero
Argumento
Jasón, esposo de Medea, se promete en matrimonio a Glauce, hija del rey Creonte de Corinto,
ante el espanto de Medea, que ve su lecho deshonrado.
Creonte, que había planeado el matrimonio, ante el temor de que Medea,
sabia y hábil, se vengue, ordena su destierro inmediato.
Pero Medea, fingiéndose sumisa, pide un solo día de plazo para salir al
destierro. Ese plazo lo aprovecha para realizar unos presentes a Glauce: una
corona de oro y un peplo
que causan la muerte por el simple contacto. Glauce muere de forma horrible:
No se distinguía la expresión de sus ojos ni su bello rostro, la sangre
caía desde lo alto de su cabeza confundida con el fuego, y las carnes se
desprendían de sus huesos, como lágrimas de pino, bajo los invisibles dientes
del veneno.
Tras perpetrar ese horrible asesinato, Medea se siente obligada a matar a
sus propios hijos, para evitar que otras manos más crueles les quiten la vida
para vengar la muerte de Glauce.
Termina la obra con Medea subida en el carro de Helios, con quien
ya tenía pactada su huida a Atenas, para evitar las iras de la familia de
Creonte y de su propio marido Jasón.
Desde el carro de Helios, Medea increpa a Jasón:
¡Oh niños, cómo habéis perecido por la locura de vuestro padre!.
Jasón replica:
pero no los destruyó mi mano derecha.
Medea responde:
No, sino tu ultraje y tu reciente boda.
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